ARTICULO PUBLICADO EN REVISTA SEMANARIO SEPTIEMBRE 2021 N.º 113
– ¿Cómo evalúa la situación financiera del país? Desde una mirada profesional y en contacto con clientes diversos.
Para comprender la situación del país es necesario enmarcarla en un todo. Considero que es erróneo evaluar la actividad financiera sin atender a lo que ocurre con la economía en general, con el sistema jurídico, con la educación. Partiendo de esta base se observa desde hace mucho tiempo a la Argentina como un país desorganizado, con un gran caos en los tipos de cambios y en materia fiscal, con un gran caos en materia de gasto público e inflación.
Cualquier caminante puede observar los signos de una sociedad castigada por esta desorganización sumado a los trastornos que trajo consigo la pandemia, el desempleo y la pobreza, la fuga de empresas y jóvenes y una sensación de que el horizonte de expectativas favorables se va cerrando con el paso de los años.
No es la primera vez que esto acontece, pero las crisis que se acumulan marcan esta circunstancia con el sello de la desazón.
También es necesario reconocer que el ADN del emprendedor argentino siempre se adapta y encuentra una salida a este tipo de crisis. Hay una frase muy linda de Thomas Edison que dice “Los que piensan que es imposible no deberían molestar ni interrumpir a los que lo estamos haciendo”. Siempre hay cosas por hacer y siempre se puede estar mejor y superarse con las medidas correctas.
– ¿Qué circunstancias enfrentan comerciantes y empresas? ¿Con qué preocupaciones e interrogantes llegan a su Estudio?
¡Se observa que el sector productivo en general ha perdido la brújula! empresarios, profesionales, emprendedores, trabajadores, no encuentran un rumbo claro. El día a día del Estudio acompañando a emprendedores y empresas nos pone de relieve cuestiones comunes a todos ellos: “Las normas económicas parecen obstaculizar más que incentivar la actividad empresarial. El sistema impositivo representa una carga excesiva para la actividad inversora y para el esfuerzo laboral.”
Las políticas macroeconómicas seguidas por los gobiernos no establecen reglas de juego claras. Tasa de inflación alta y variable, gasto público alto y creciente, tipo de cambio disociado de la realidad, controles estrictos para acceder al mercado de capitales, retenciones y prohibiciones al comercio exterior.
En definitiva, todo este combo de regulaciones prohibitivas, el festival impositivo, una legislación laboral intolerable para las pymes trae consecuencias no solo desde lo económico, sino que también desde lo social ya que se destruye la base que dinamiza el desarrollo de cualquier país.
– ¿Cuántos cambios se requieren desde las leyes impositivas para que la economía encuentre un rumbo productivo?
Marcel Proust en uno de sus aforismos decía: “Aunque nada ¨cambie, si yo cambio, todo cambia” lo cual tiene mucho que ver con la educación, con la transformación y como establecíamos al principio de la nota “no se puede hablar de cambios sin una visión general y global del problema”. El rumbo productivo no se recupera solo con modificaciones en el plano impositivo, sino que también requiere de una reforma educativa que fortalezca las orientaciones laborales y las prácticas profesionales del nivel secundario; que reasigne recursos donde más haga falta para reducir las desigualdades socioeconómicas del sistema; que digitalice el aula e incorpore tecnología en el proceso de enseñanza y aprendizaje y en la gestión institucional. Es necesario vincular de manera inteligente el sistema educativo con el sistema productivo.
Requiere también de una reforma laboral que introduzca un régimen contractual que facilite la inserción laboral de los jóvenes, y la reinserción formal de los adultos desplazados por el sistema o de aquellos que se encuentran permanentemente informalizados. Considero que la prohibición de despidos es insostenible para la pequeña y mediana empresa. Es necesario contar con convenios laborales que se ajusten a las actividades y a las distintas regiones de nuestro país. No se puede aplicar el mismo convenio colectivo en una gran empresa y en una pyme.
La reforma tributaria deberá atender a un esquema progresivo del impuesto a los ingresos que reemplace los muchos impuestos distorsivos y duplicados que desalientan la producción y la formalidad, junto con un esquema de administración que reduzca la evasión y rompa el círculo vicioso de la dualidad tributaria donde la evasión sube el costo de los que pagan, incentivando la evasión. Urge bajar la carga impositiva que sufren comerciantes, empresas y el sector laboral.
– ¿Cuánto influye la emisión en el proceso inflacionario?
Considero que el problema inflacionario es un problema monetario. El dinero actúa como si fuese un bien más que circula en el mercado. En este sentido y para clarificar el concepto con un ejemplo, cuando la cosecha de tomates es abundante su precio baja porque es muy fácil conseguirlo, en cambio cuando la cosecha es escasa su precio tiende a subir. Con el dinero sucede lo mismo, si se inyecta dinero indiscriminadamente a través de la emisión monetaria sin una demanda que lo respalde, su valor es menor. El dinero pierde poder adquisitivo y las personas requieren mayor cantidad del mismo por cada bien que quieren intercambiar, generando de esta manera procesos inflacionarios.
– ¿Por qué el argentino pierde confianza en su peso y busca otras alternativas monetarias o reservarse en ladrillos?
Básicamente el dinero debe cumplir con las funciones de ser: Medio de cambio, es decir que debe ser aceptado por la sociedad para la realización de transacciones comerciales y para la cancelación de deudas. Debe ser unidad de cuenta, es decir que me debe servir para saber cuánto valen los distintos bienes y servicios y además debe cumplir con la función esencial de ser depósito de valor, es decir que le debe permitir a las familias y a las empresas mantener o conservar sus riquezas. Y en este punto aparece la cuestión de la confianza, y la confianza no admite grados, es un concepto binario: confiamos o no confiamos. Entonces cabe preguntarnos: ¿Confiamos o no confiamos en nuestra moneda argentina? Cuando la sociedad no tiene confianza en su moneda, porque observa que la inflación le devora su poder adquisitivo, busca otras alternativas de resguardo de valor como pueden ser el dólar, los euros, los ladrillos o cualquier otro bien que le brinde la seguridad de que va a poder conservar su patrimonio.
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